Si en una vivienda se produce
alguna obstrucción en el baño o deja de funcionar la alimentación de agua,
debemos recurrir a un sanitario exterior sin más riesgo que las molestias
resultantes, en cambio en oficinas el riesgo es de lucro cesante ya que no se
puede continuar con las actividades si no se dispone de los sanitarios
correspondientes.
Una solución posible es disponer
de servicios administrados por columnas que sirven en forma alternada a los
distintos pisos, se puede subir o bajar un piso si el sanitario de esa planta
está inutilizado. Lo mismo se puede hacer con los desagües cloacales. Apoya
esta división de descargas la capacidad máxima de inodoros que pueden desaguar
a la caño de descarga y ventilación, y sabemos cómo aumenta ese caudal de
efluentes cuando hay baños en baterías.
La misma situación riesgosa
tenemos en hotelería donde cada habitación debe poder sectorizarse para sacar
de servicio solo la que detenta una falla. En esta actividad es conveniente
estudiar de manera detallada los suministros y cortes de servicios de cada
unidad aplicándose particular atención al mantenimiento desde fuera de la
unidad locativa.
Por eso en alojamientos en batería se utilizan preferentemente canalizaciones por los pasillos accediéndose a ellas desde cielorrasos desmontables. Así vemos que esa característica es una pauta de diseño propia de esa actividad.
La degradación de algunos
materiales frente a las radiaciones solares UV nos limitan en su colocación al
exterior, la fragilidad de otro por impactos nos condicionan a colocarlos donde
no puedan recibir golpes (Colegios, gimnasios, etc.), la emanación de cianuros
bajo fuego de otros nos restringen a su colocación en algunos lugares y bajo
determinadas circunstancias.
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